La Audiencia de Palma quiere que Diego Torres deje de marcar el ritmo. Se lo pide al juez Castro con toda claridad. "Que por parte del Instructor se proceda de inmediato a conceder un plazo a la defensa del Sr.Torres para que aporte todo aquellos correos que pretenda utilizar en su favor y en contra de otros imputados".

Desde el principio del proceso, el exsocio del duque de Palma ha amenazado con el poder destructivo de sus mails. Así que el auto tiene este otro objetivo: poner coto a las amenazas de un imputado.

La Audiencia recuerda además que en su declaración, Diego Torres solo fue capaz de recordar una visita de la infanta a unos locales. Demasiado poco, dice, para pensar que la hija del Rey tuvo algo que ver con las decisiones del Instituto Nóos.

Por si fuera poco, el meneo a Torres llega también a través de la figura de García Revenga. Fueron sus propios correos los que probaron que Revenga era secretario de la infanta y amigo de Urdangarin, a partes casi iguales. "La confianza que el Sr.Urdangarin tenía depositada en el Sr.García Revenga (...) Basta leer alguno de los correos para comprobar la familiaridad y complicidad existente entre ambos".