"Gadafi es un hombre extravagante y extraño, pero no es estúpido". Así consideraba el expresidente José María Aznar a Gadafi, como un "amigo" que incluso le regalaba caballos purasangre.
Aznar se convirtió en uno de los principales aliados de Gadafi a la hora de recuperar sus relaciones con Occidente. Por esa amistad quizás contrató Abengoa a Aznar en 2010, a través de su filial Befesa, para lograr la construcción de cuatro desaladoras en Libia por valor de 950 millones de euros.
"Es una persona con reputada experiencia en el mercado internacional y en particular el Libio en relación con (...) dicha rama del negocio con conocimiento de las instituciones públicas así como la legislación local". Así figura en el contrato, desvelado por 'eldiario.es. "La comisión de éxito quedará fijado en un 1% del monto del precio".
Pero, una de las cláusulas también desvela quién era la persona de contacto del expresidente Aznar, Pablo Casado. En ese periodo vocal asesor del expresidente con sueldo público a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Fuentes cercanas al expresidente aseguran que no existe incompatibilidad y que se trataba de una remuneración legal y perfectamente declarada.