Barberá podrá seguir en su escaño gracias a una regla del s. XIX que los propios políticos comienzan a cuestionar: "Lo digno es que cuando uno es apartado de su partido por ser imputado en un caso de corrupción política es que entregue el acta" aseguraba Albert Rivera.
Como imputada, a la exalcaldesa le permitirá valerse de los privilegios del aforamiento: "Un parlamentario no puede ser detenido, el procedimiento es más farragoso, con más trámites, puede ser más largo y no les juzga un tribunal ordinario" explica Joaquim Bosch, portavoz de Jueces para la Democracia.
Y mantener su escaño hasta las próximas elecciones autonómicas en el grupo mixto, donde convivirá con 16 senadores de 10 partidos distintos: "Es como el camarote de los hermanos Marx, están juntos y revueltos a pesar de que cada uno defiende sus posturas" dice Paloma Marugán, profesora de Ciencias Políticas de la UCM.
Su escaño es de libre designación, es decir, asignado por las comunidades a petición de los partidos. Por eso para que estos cargos se puedan revocar basta con que las cortes de cada región reformen la ley que los regula: "Puede ser revocado por ley por causas que quepan en la Constitución como viables, no por cualquiera, por ejemplo estar imputado" asegura Ana Ovejero, profesora de Derecho Constitucional de la UEM.
El Partido Popular de Valencia ha registrado una propuesta en esta dirección pero el resto de partidos le reprocha que llega tarde porque ya no podrá aplicársele a Barberá y porque, dicen, la blindaron ya estando rodeada por múltiples frentes judiciales.