El juez lo sospechaba, la Policía lo acreditaba y Bárcenas ha vuelto a confirmarlo. Hubo una caja B en el PP al menos durante dos décadas. En 1990, según el extesorero, Rosendo Naseiro, antecesor suyo, le puso al frente de la hucha, le dio las llaves, dice Bárcenas.
Caja B que existía en Génova pero también, y esto es nuevo, en el resto de España. Pero Bárcenas ha ido más allá y le ha indicado al juez quién conocía aquella caja B. Según su versión, Álvarez Cascos no solo la conocía sino que además decidía quién cobraba y cuánto cobraba de ella.
También, como secretarios generales, Acebes, Arenas y, atención, los presidentes. Aquel remanente no declarado, según Bárcenas, servía para pagar de todo. Mordidas a empresas donantes, obras en las sedes del partido, como la de la calle Génova.
Pero también servía para las campañas electorales, como la campaña de 2004. Aquí la caja B sufragó, según su versión, incluso trajes del entonces candidato Mariano Rajoy.
En la vista también se ha librado la particular batalla Cospedal-Bárcenas. En su momento la secretaria general explicó que el partido le revocó sus poderes en octubre de 2009, pero el extesorero ha explicado que ordenó comprar deuda pública con los fondos del PP en los meses posteriores.
Así ha transcurrido la declaración, que por cierto, Bárcenas, ha finalizado diciéndole al juez que tenía ganas de volver a casa.