El extesorero del PP Luis Bárcenas ha pedido a su formación que se deje de cobardía y que acepte que hubo una financiación irregular del partido.
"Lo único molesto es la cobardía de una serie de personas que no están dispuestas, como otros sí estamos haciendo, a reconocer que nos hemos equivocado, que hemos cometido errores, que nos hemos financiado irregularmente y que sabíamos lo que estábamos haciendo", ha expresado Bárcenas a preguntas de su abogado, Gustavo Galán, durante su testimonio ante el tribunal que juzga la caja B del PP y el presunto pago con dinero irregular de la reforma de su sede.
"En una situación como ahora, en la que todos están fuera de la política y eso que se llaman responsabilidades políticas no se les pueden exigir... Me parece una cobardía, en términos coloquiales, no dar la cara", ha censurado Bárcenas, condenado a prisión por la primera pieza de la Gürtel.
Bárcenas se refería al PP antiguo, no al de Pablo Casado, aunque sí ha mencionado a algún dirigente actual, como Enrique López, secretario de Justicia de la formación, que presentó a un amigo del extesorero al abogado del partido.
En relación a Rajoy, Bárcenas ha dado más detalles del episodio que confesó en un escrito remitido a la Fiscalía Anticorrupción: que Mariano Rajoy no solo sabía de la contabilidad extracontable, sino que destruyó documentación en presencia del extesorero.
El antiguo gerente del partido y exsenador por Cantabria habría grabado esa reunión, pero el audio le fue robado por la trama Kitchen, asegura. Sobre el contenido de esos documentos, Bárcenas se refiere a la grabación con Rajoy. En ese episodio, el acusado acude al despacho del entonces presidente de la formación por órdenes de Javier Arenas, secretario general entonces.
"Yo subo al despacho de Mariano Rajoy, le entrego la cantidad y le enseño las dos últimas hojas (de sus papeles), para que viese cómo llevábamos este tema. Él me pregunta: '¿Cómo podéis llevar esto?', y le digo que era una indicación de Álvaro Lapuerta (entonces tesorero) y que era una garantía de que si alguien ponía en duda que se había anotado una aportación de un empresario o un pato determinado, que nadie lo pudiese poner en duda", ha relatado.
"A continuación, el señor Rajoy se gira en el sillón y, en la destructora que tenía detrás, destruye esos dos documentos, que eran fotocopias", ha explicado.
Bárcenas también ha dado más detalles sobre la documentación que se le intervino y dónde: la policía, cuando registró el estudio de su esposa, encontró los documentos y las grabaciones en un sillón hueco donde lo había escondido.
El arquitecto Urquijo: "Bárcenas era como un dios"
El arquitecto que realizó la reforma de la sede del PP, Gonzalo Urquijo, ha declarado en el juicio por la presunta caja B del partido que el extesorero de esa formación Luis Bárcenas "era alguien intocable, era como Dios", una persona a la que "nadie tenía acceso" en 2005 y con quien habría coincidido "dos o tres veces".
Gonzalo Urquijo, propietario de la empresa Unifica, ha querido "contextualizar la situación" que vivió cuando diseñó las obras de la reforma de la sede del PP, en la madrileña calle Génova. Al contrario de lo que ha declarado Bárcenas en el juicio, Urquijo ha negado haber mantenido una reunión con él y con su predecesor en la Tesorería, el fallecido Álvaro Lapuerta, en la que le planteasen "aceptar una cantidad de forma extracontable".
"Yo esa reunión no la he tenido nunca y a mí nunca se me ha ofrecido eso", ha asegurado Urquijo, que ha indicado que a Lapuerta sólo le vio una vez en la sede del PP "y ni siquiera dentro de un despacho", sino cerca de los ascensores. "No he estado con este señor en ninguna reunión más", ha añadido.
El arquitecto, que se enfrenta a una petición del fiscal de 3 años de cárcel en este juicio, ha indicado que, aunque quien "firmaba y daba el visto bueno" sobre los pagos de la reforma era "el señor Bárcenas", él estima que no se reunió con él presencialmente "más de dos o tres veces". "El señor Bárcenas era alguien intocable, era como dios. (...) Nadie tenía acceso a él y era una persona a la que todo el mundo le tenía respeto", ha explicado Urquijo.