No era su cortijo, pero lo parecía, al menos para el juez Silva y sobre todo si quién pedía el dinero su amigo íntimo, el todopoderoso Díaz Ferrán, a quien compara con un desahuciado: "Llegó a pedir dinero a Blesa a través de los correos, ya en términos de desahucio porque hay que decirlo así... dame tres millones porque no puedo respirar. Aquello no tenía ningún balance de riesgo", explica el juez.

Para Silva la relación entre Blesa y el expresidente de los empresarios tenía carácter delictivo porque se prestaba sabiendo que ese dinero no se iba a devolver. "Aquello se parecía al hijo desajustado o desorganizado que pedía dinero a un íntimo amigo o al padre".

Blesa también planeó entrar en el fondo hispano-saudí de Corinna, la amiga del rey, saltándose al Consejo de Caja Madrid. "Participar con 50 millones de dólares con consejo, salvo que hagamos la trampilla de romper la operación en dos".

La trampilla propuesta por el director de Negocio a Blesa es fraccionar la inversión para evitar la necesaria autorización del Consejo de Administración. A pesar de que estas supuestas prácticas delictivas eran habituales en la gestión de Blesa, Silva se mostraba sorprendido de que el fiscal no tuviera ningún interés en investigar.

La oposición pide que se abra una comisión de investigación sobre la gestión de Caja Madrid. "Lo que está saliendo no es precisamente aleccionador, no sólamente para la gestión de la entidad, sino que en posibles casos de corrupción", opina Llamazares.

Según la valoración del juez Silva, los dirigentes de Caja Madrid, con Blesa al frente, cometieron durante años múltiples delitos de estafa.