Estas clases, fueron aceptadas como un detalle de cortesía por parte del club, y fueron impartidas por un técnico de este mismo. Aún así, la familia ha decidido pagar por el importe total ya que supone un desembolso del Club de Campo, según Botella “por alguien que utilizó nuestro nombre y por tanto hemos compensado económicamente al Club de Campo con independencia de la investigación que se esta haciendo”.


Las supuestas lecciones de golf fueron ofrecidas por el Club a la familia como atención de cortesía en 2001, de forma que el propio club habría costeado el importe de estas más de 200 clases de golf por un valor superior a 10.000 Euros, siendo el Club de Campo en cuestión una empresa mixta donde el 51% pertenece al Ayuntamiento de Madrid.

La familia niega haber recibido la totalidad de las clases, aunque si que abonó el importe después de saberse sobre la existencia de las facturas de estas clases a través del diario El Mundo, que publicó ayer miércoles la información de cuatro recibos: dos pagados y conservados por el Ayuntamiento, un tercero que no se abonó y y otro desaparecido.