Cuando empezó la crisis, José cobraba 600 euros más que ahora, y su mujer tenía trabajo. "Ahora continuamente tengo que estar mirando la cuenta para ver si hay dinero para pagar la luz, el agua..." Es sólo uno de los millones de españoles que no se han sentido aludidos por las palabras de Rajoy, quien argumenta que la "crisis es pasado". Y su entorno ratifica el discurso: "Para el resto de Europa, España es la Alemania del sur", manifiesta González Pons.
"Para el resto de Europa, España es la Alemania del sur"
Estas sentencias se basan, por ejemplo, en el déficit que el Gobierno ha reducido casi a la mitad en tres años. Aunque aún estamos muy lejos de pasar página en la historia de la crisis. Además, el déficit se está reduciendo a costa de multiplicar la deuda, que ya supone casi el 100% del PIB, a una enorme distancia de lo que debíamos antes de la crisis.
A pie de calle, la situación es bastante menos amable. Mucha gente se está quedando atrás. La desigualdad ha crecido a un ritmo de vértigo desde que empezó la crisis: somos un 20% más desiguales y ya hay 750.000 familias sin ingresos. Los datos son inapelables, el 10% de los que menos ingresa ha perdido más de un 40% de poder adquisitivo, mientras sus antónimos, prácticamente puede seguir comprando al mismo ritmo.
La subida de servicios mínimos, como la electricidad, es casi delirante. Durante esta crisis ha subido un 70%. Además, una de cada cinco personas está hoy en riesgo de pobreza y una de cada cinco ya es pobre.
Para que la crisis pase a la historia, hace falta cambiar la historia. El paro es mucho mayor hoy que antes de la crisis, incluso que cuando se estrenó este Gobierno. Hoy faltan 3.5 millones de buenos empleos para volver al punto de partida para que la recuperación deje de navegar entre la historia y la leyenda.