Para Puigdemont, la decisión del juez Llarena de retirar la euroorden confirma que su estrategia de irse a Bélgica era la buena. "Esa era la estrategia adecuada que ha sido finalmente útil", ha dicho.
Asegura esa retirada evidencia lo que él califica de persecución política sin base legal: "Eran conscientes de que o no había base legal o esa euroorden era una chapuza jurídica".
Por eso ahora, dice, el Estado se retracta: "Es evidente que 30 días después al Estado español le ha entrado el miedo, el miedo a hacer el ridículo, el miedo a perder".
Además, acusa al Estado de acobardarse ante la internacionalización de su causa: "Cuando las leyes las hacen ello y la justicia se la administran ellos, son muy valientes; pero cuando ya no pueden controlar toda la cadena, ni tienen jueces amigos, ni fiscales que afinan y tienen medio mundo mirándoles, ya no son tan valientes".
Asegura que una vez pasadas las elecciones, él y sus exconsellers huidos volverán a Cataluña a recoger sus actas de diputados: "Los que salgamos elegidos diputados por el pueblo de Cataluña, seremos diputados y tomaremos posesión de nuestra acta".
Puigdemont introduce un matiz: "Si los ciudadanos dicen que quieren el mismo Gobierno que ha sido cesado con el golpe del 155, ¿van a respetarlo?".
El abogado de Puigdemont en España dijo que Puigdemont sólo volvería para ser investido president de la Generalitat.