Para Puigdemont, la decisión del juez Llarena de retirar la euroorden confirma que su estrategia de irse a Bélgica era la buena. "Esa era la estrategia adecuada que ha sido finalmente útil", ha dicho.

Asegura esa retirada evidencia lo que él califica de persecución política sin base legal: "Eran conscientes de que o no había base legal o esa euroorden era una chapuza jurídica".

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Por eso ahora, dice, el Estado se retracta: "Es evidente que 30 días después al Estado español le ha entrado el miedo, el miedo a hacer el ridículo, el miedo a perder".

Además, acusa al Estado de acobardarse ante la internacionalización de su causa: "Cuando las leyes las hacen ello y la justicia se la administran ellos, son muy valientes; pero cuando ya no pueden controlar toda la cadena, ni tienen jueces amigos, ni fiscales que afinan y tienen medio mundo mirándoles, ya no son tan valientes".

El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont (c), acompañado por cinco de sus antiguos consejeros, durante la rueda de prensa que ofreció en el club de la prensa de Bruselas, Bélgica, el pasado 31 de octubre de 2017.

Asegura que una vez pasadas las elecciones, él y sus exconsellers huidos volverán a Cataluña a recoger sus actas de diputados: "Los que salgamos elegidos diputados por el pueblo de Cataluña, seremos diputados y tomaremos posesión de nuestra acta".

Puigdemont introduce un matiz: "Si los ciudadanos dicen que quieren el mismo Gobierno que ha sido cesado con el golpe del 155, ¿van a respetarlo?".

El abogado de Puigdemont en España dijo que Puigdemont sólo volvería para ser investido president de la Generalitat.

Diferencias entre los exconsellers que están en prisión y los que están en Bruselas