"No me pregunten porque no les voy a contestar, solamente les voy a decir lo que yo quiero decir". Así salía Fabra de la Audiencia Provincial, con las ideas claras. Lo que quiere decir es que él ya ha pedido el indulto, ese que negó en su día.
Ahora depende de los jueces que acabe o no en la cárcel. Argumentos aporta, dice que el indulto “no perjudica a nadie y evita una condena que no tiene ningún fin resocializador". Aunque algunos llamen la atención, como que su conducta con Hacienda "no tiene tacha", eso sí, desde el año 2003.
Él, que se ha quejado hasta el infinito de la lentitud de la justicia, pretende ahora, según la oposición, dilatar más aún el proceso. Aunque apoyos no le sobran, el propio presidente valenciano, Alberto Fabra, ya ha dejado claro que ni el partido ni el Govern están a favor del indulto.
Porque Fabra, carismático como pocos y amigo de casi todos, se ve ahora solo en el camino a la cárcel. Un paseo que va a intentar evitar por todos los medios.