La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha llamado a poner en cuestión "acciones ilegales" a las que la sociedad está "acostumbrada a no cuestionar", como las guerras, lo que le ha llevado a decantarse por el término "refugiados de la guerra" y no migrantes políticos.

Así lo ha defendido tras el desayuno urbano sobre nueva agenda urbana de ONU-Hábitat III, en el que ha estado acompañada por el director ejecutivo de este órgano, Joan Clos. La primera edil ha remarcado que las guerras están produciendo "desplazamientos anormales de población, que rompen estructuras históricas de planificación".

Carmena ha pedido que se cuestionen 'barbaries' como los conflictos bélicos. "Todos estamos afectados por ello", ha argumentado. También ha llevado hasta los jardines de Cecilio Rodríguez el hecho de que la mayor facilidad para acercar las ciudades promueven al mismo tiempo "desplazamientos criminales".

"Vivimos nuevos fenómenos de trata de personas, que son también desplazamientos criminales", ha indicado. En este punto ha recordado la Encíclica del papa Francisco que abordaba esta cuestión "preocupándose por este problema que tiene que ver con las migraciones de economías criminales".

Además, rechaza el "poder vertical" en las ciudades y defiende el "poder vecinal" como nueva manera de gobernar. "Confiamos en que hoy en las ciudades no se puede concebir el poder como vertical, hay que dar poder a las asociaciones de vecinos, a los ciudadanos", ha argumentado. Por eso ha defendido que "la mediación es el mañana, es inevitable. Son las nuevas maneras de gobernar, con ciudadanos más poderosos y autónomos, con más poder propio".