Nuevo capítulo en las conversaciones entre la alcaldesa de Alicante y el empresario Enrique Ortiz. Diseñaron vía teléfono el plan para llevar el macrocentro de IKEA al suelo de Rabasa. Y por teléfono también planifican cómo dejar en el camino a quien se opusiera:
[Castedo: "Escucha una cosa, eh... ¿tengo posibilidades de meter a alguien en el consejo del Hércules?"
Ortiz: "Sí".
Castedo: "¿Aunque después lo echemos?"
Ortiz: "Que sí, que sí, a quien quieras".
Castedo: "A Pedro de Gea".
Ortiz: "Vale".
Castedo: "Pero lo echamos después".
Ortiz: "Cuando tú digas".
Castedo: "Es que cuando lo meta, lo voy a provocar que me dimita... como presidente de los comerciantes".]
El diálogo íntegro detalla en apenas un minuto el plan de la alcaldesa contra sus enemigos. Castedo intentó provocar la dimisión de Pedro de Gea, presidente del colectivo Comerciantes por Alicante, uno de los principales opositores al proyecto. Dice que le ofrecieron el puesto en el Hércules pero lo rechazó. Ortiz y Castedo, amigos y cómplices en sus planes. En un juego de favores donde no faltan los cumplidos:
[Castedo: "Vale, perfecto, perfecto, vale muy bien, pues era eso, saber si había posibilidades, no, no, muy bien..."
Ortiz: "Venga, hasta luego".
Castedo: "Venga, chao".
Ortiz: "Eres una máquina, eres una máquina".]
Una alcaldesa imputada, cada día más alejada del partido. Alberto Fabra ya dijo que en las listas de 2015 no habrá imputados. Ella se aferra al tirón popular y a la opción de crear su propio partido: "Es mucha la gente que quiere que continúe". Que recoga el mensaje quien quiera.