Desde Córdoba a Sigüenza, los presidentes autonómicos se han referido a Cataluña en su discurso de Año Nuevo: "Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa", ha asegurado durante su intervención Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía. A la situación catalana también se ha referido el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara: "Dentro de la ley cabe todo, y fuera de la ley sobra todo".
Por su parte Emiliano García-Page, dirigente de Castilla-La Mancha, ha destacado que "el futuro de los españoles se decide entre todos". Se han dado así múltiples mensajes de unidad de España y una petición a los independentistas: que regresen al marco legal. "Mi gran deseo político para 2018 es que podamos seguir debatiendo desde las diferencias para avanzar juntos hacia el progreso", ha declarado Francina Armengol.
En la misma línea ha hablado el presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández, que considera que "lo indispensable hoy es que los nacionalistas defiendan sus posiciones en el marco del Estado de Derecho". Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, dirigente gallego, considera que "debe haber consecuencias políticas, la deslealtad no puede ser premiada". El tema catalán no es la única coincidencia expuesta en los discursos, donde también ha tenido cabida la reforma de la financiación autonómica.
"Andalucía está claramente discriminada en esta materia", ha criticado Susana Díaz, en contraposición a Feijóo, que ha manifestado que "reforzar y revisar no equivalen a destruir". La lucha contra la violencia machista también ha cobrado visibilidad en las intervenciones. "El desafío de los desafíos, que se acabe de una vez por todas la violencia de género. Las mujeres no mueren, a las mujeres las matan", ha denunciado Fernández Vara.
Pero si algo une a todos, desde el Partido Popular al PSOE, es un objetivo común para el 2018: la creación de empleo. En palabras de Javier Fernández, "seguir avanzando para consolidar el crecimiento y aumentar el empleo es una obligación del Gobierno". Se despiden así de un año horribilis, "difícil y convulso, donde nos han sometido tensiones como españoles", ha recordado García Page, pero con la intención de enmendar los errores del pasado.