La petición de redoblar esfuerzos implícita en los presupuestos no seduce a la oposición, que ya augura consecuencias. Uno de los más críticos ha sido el coordinador federal de IU, Cayo Lara, quien ha advertido: "Plantearemos batalla desde todos los frentes contra estos presupuestos".

La nueva congelación salarial y la escasa revalorización de las pensiones prenden la mecha. El Gobierno entiende el malestar, pero asegura que las cuentas no están para dar alegrías. Antonio Beteta, secretario de Estado de Administraciones Públicas, entiende "que se esperara una recuperación, pero el estado de las cuentas no lo permite".

Telarañas en las arcas que no cercenan el optimismo en el seno del PP, que ve los presupuestos como la antesala del fin de la crisis, en palabras de Carlos Floriano, vicesecretario de Organización: "Evitamos la quiebra y ahora presentamos unos presupuestos para salir de la crisis".

Aunque algunos son más cautos y reconocen que las cuentas son restrictivas, como su portavoz Alfonso Alonso: "Son unos presupuestos restrictivos que espero apuntalen la recuperación económica".

Unos hablan de unas cuentas para apuntalar la recuperación y otros, como el socialista Antonio Gutiérrez, creen que vienen a demolerla: "Estos presupuestos no nos ayudarán a salir de la crisis y sólo la agravarán".

Unos análisis que mejorarán y empeorarán cuando empiece a conocerse la letra pequeña de los presupuestos.