En la calle y antes del partido comenzó el ensayo de la gran pitada. Se repartieron silbatos gratis para todos, que consiguieron eclipsar por completo el himno. 48 segundos atronadores salpicados con insultos.

Una acción que podría tener una sanción. La Comisión Antivolencia está reunida para decidir qué medidas van a adoptar. Pero existen antecedentes jurídicos. En 2009, tras uns sonora pitada también durante la Copa del Rey, la Audiencia dictaminó que este tipo de manifestaciones están amparadas por la libertad de expresión. Desde el Gobierno vasco y el PP condenan la pitada, y también la sonrisa del presidente de la Generalitat.