La cuenta atrás ha comenzado. Quedan pocos días para que las urnas se abran en Galicia. Desde que se adelantaron las elecciones, todo apuntaba a que, una vez más, el PP de Galicia se mantendría intocable en la mayoría absoluta. No obstante, tras una campaña manchada por la llegada de los pellets, el discurso en clave nacional del PP y la reciente confesión del partido de Feijóo -estudió la amnistía e indultar a Carles Puigdemont-, pueden hacer crecer las posibilidades de la izquierda de volver a hacerse con el poder en Galicia. Las encuestas empiezan a mostrar un cambio y dejan en el aire la mayoría absoluta del PP en Galicia.
Todos los sondeos apuntan ahora mismo al siguiente escenario: el PPdeG se mantendría líder, el BNG le pisaría los talones y los socialistas gallegos del PSdeG serían la tercera fuerza. Pero ahora Sumar, quien no se presentará de la mano de Podemos, entra en la ecuación.
La ley D'Hont complica que Podemos entre en el parlamento
Lo cierto es que la barrera electoral del 5% no se lo pone fácil a aquellos partidos con menos votos. Se trata del sistema electoral D'Hondt, un método para repartir los escaños y concejales en proporción al número de votos obtenidos por los partidos políticos. Este mecanismo descarta las candidaturas que no llegan a un porcentaje mínimo de papeletas para "evitar una excesiva fragmentación de la Cámara". Y esto dificulta a los partidos a la izquierda del PSOE obtener representación parlamentaria.
Ya ocurrió en las últimas elecciones autonómicas de 2020. La coalición Galicia en Común obtuvo 51.630 votos y se quedaron en el 3,94%, es decir, a un punto de poder entrar en el parlamento. Ahora, aunque ninguna de las últimas encuestas les da a Podemos representación en Galicia, la probabilidad de que Sumar entre en el parlamento cada vez es mayor, lo que abre la puerta a que un tripartito de izquierdas, compuesto por el BNG, el PSdeG y la formación de Yolanda Díaz, pueda hacerse con la Xunta.
La mayoría absoluta del PP, en el aire
Aunque gobierna en Galicia desde 2022, estas son las primeras elecciones de Alfonso Rueda como candidato del PP a la Xunta. Desde que el dirigente del PP gallego adelantó las elecciones al 18 de febrero, el CIS ha publicado tres encuestas sobre los posibles resultados que podrían arrojar estas elecciones autonómicas: el 25 de enero, el 5 de febrero, y el 12 de febrero.
Aunque los tres sondeos dan opciones al PPdeG de hacerse con la mayoría absoluta, el último barómetro de Tezanos reduce por primera vez las opciones de éxito de Rueda. Es decir, el candidato popular tiene muchas opciones de obtener los 38 diputados necesarios para revalidar la mayoría absoluta, pero las horquillas del CIS también muestran que podría obtener 34 escaños, lo que da cierta esperanza a la izquierda para gobernar.
Aunque todo apunta a que Rueda podría seguir la línea de su antecesor y gobernar en solitario, todas las opciones están abiertas. Si en otras comunidades autónomas Vox ha sido clave para formar Gobierno, en Galicia podría no obtener representación. En esta última encuesta el CIS le da entre 0 y 1 diputado, al igual que a Democracia Ourensana. En el caso en el que los populares no obtuvieran la mayoría absoluta, el escaño de estos partidos sería clave para que gobernara la derecha.
¿Cómo llega la izquierda?
El BNG, que lleva años siendo el principal partido de la oposición, llega en muy buena forma a los comicios del 18 de febrero. Desde la primera encuesta, el CIS ha mostrado que el partido liderado por Ana Pontón podría aumentar en escaños. Si en el sondeo de finales de enero, la horquilla que manejaba el CIS se situaba entre los 20 y los 23 escaños, el 5 de febrero pasó a ser de 22-26. Este último sondeo ha expuesto una subida entre los 24 y los 31 escaños. Llama la atención cómo este aumento podría estar relacionado con un incremento de los apoyos entre las personas mayores de 75 años. En este grupo, el porcentaje de estimación de voto ha pasado del 8,7% de la primera encuesta al 15,9%.
Las encuestas también dejan entrever, frente al ascenso del BNG, una bajada notable de un PSdeG con José Ramón Gómez Besteiro al frente. La formación ha pasado de tener en el CIS entre 15 y 17 escaños a bajar hasta los 9-14 en la última encuesta. En este escenario, los socialistas solo podrían jugar un papel clave al apoyar al BNG para presidir la Xunta, como ya hicieron, pero a la inversa, entre 2005 y 2009.
Si el PSdeG lo tiene difícil, las cuentas con las que llega Podemos al 18F arrojan la posibilidad de que la formación morada siga sin tener representación en el Parlamento gallego. Sí lo haría Sumar, con Marta Lois a la cabeza y junto a Esquerda Unida, coalición a la que el CIS le da entre uno o dos escaños. Las de Galicia se presentan como unas elecciones claves para la formación encabezada por Yolanda Díaz. Es la primera prueba electoral a la que se enfrenta desde las generales del 23J, y la primera en la que la formación podría obtener representación en un parlamento autonómico. Si logran esos dos escaños, podrían ser clave a la hora de formar gobierno si el PPdeG no consigue finalmente la mayoría absoluta.
La suma del BNG, PSdeG y Sumar podría hacer que el tripartito se hiciera con la Xunta. El último gobierno de izquierdas en la Xunta estuvo en manos del socialista Emilio Pérez Touriño con el apoyo de los nacionalistas gallegos. La coalición aguantó hasta la irrupción de Alberto Núñez Feijóo en el escenario político gallego, logrando revalidar hasta cuatro mayorías absolutas en 2009, 2012, 2016 y 2020.
El éxito arrollador del actual líder del PP ahondó en la crisis que ya sufría el espacio de izquierdas y nacionalista. Mientras el BNG perdía fuerza en el parlamento gallego, varias formaciones de izquierdas, bajo la coalición de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), encontraron su hueco y obtuvieron dos escaños más que el BNG, con el PP líder y el PSdeG como segunda fuerza. Pero tras el batacazo de la izquierda alternativa, en los últimos comicios de 2020, el Bloque pasó de los 6 a los 19 escaños, superando al PSdeG y proclamándose como segunda fuerza. Ahora, las tornas han cambiado y es el Bloque quien se mantiene fuerte como principal fuerza de la oposición y con posibilidades de atraer ese voto descontento de un PSdeG cada vez más flojo en las encuestas.