En un manifiesto leído en la multitudinaria marcha en Madrid, la Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha denunciado esta tarde que convertir la educación en "mercancía" y "privatizar todo lo público" es propio de una sociedad "enferma y sin futuro", abocada a un "suicidio colectivo".
El segundo paro convocado por todo el sector educativo este año ha estado caracterizado también por la guerra de cifras habitual entre los organizadores y el Gobierno. Mientras los sindicatos y asociaciones convocantes han dicho que el seguimiento ha sido de un 83% en la enseñanza pública no universitaria y del 91 % en la superior, Educación la ha cifrado en un 20,76% tras recopilar los datos aportados por las Comunidades Autónomas.
Precisamente desde el departamento dirigido por el ministro José Ignacio Wert, la secretaria de Estado de Educación, FP y Universidades, Montserrat Gomendio, ha invitado a los sindicatos convocantes a un diálogo "real y abierto" con el Ministerio.
"Invitamos a todos los sindicatos que han convocado esta huelga a venir al Ministerio -ha subrayado- y a participar en un diálogo real y abierto, y que nos hagan propuestas reales y razonadas". Los convocantes del paro han respondido a dicho ofrecimiento poniendo como condición la retirada previa del proyecto de Ley para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). "Está claro que hoy hemos parado la educación", ha dicho el portavoz de la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), José Luis Pazos.
El ministro y el Gobierno están "aislados en el Parlamento y en la calle, lejos de la sociedad", ha criticado, por su parte, el secretario general de la Enseñanza de CCOO, Francisco García. El paro ha coincidido con la tercera jornada de huelga de alumnado de los centro públicos convocada por el Sindicato de Estudiantes, cuya secretaria general, Ana García, ha insistido en pedir una huelga general de todos los sistemas productivos. Sin embargo, en la privada concertada la huelga ha sido apoyada por entre el 30-35 % de los trabajadores, según los sindicatos, aunque la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) considera que la repercusión ha sido prácticamente nula.
La CECE, la Confederación Católica de Padres de Alumnos y Escuelas Católicas, que no apoya la huelga, ha cifrado el paro en sus centros en el 10 %, mientras que otros sindicatos como FSIE, USO y CSI-F han protestado por separado en Madrid, en la Plaza de Castilla, frente al Senado y al Ministerio, respectivamente. La cara más visible de esta jornada ha estado en las manifestaciones que han recorrido las calles de numerosas ciudades, desde Sevilla y todas las capitales andaluzas, a Zaragoza, Valencia, Oviedo, Santiago, Zamora, Soria, Madrid o Barcelona.
En Barcelona, miles de personas (170.000 según CCOO y 30.000 según la Guardia Urbana) han recorrido en un ambiente festivo el centro de la ciudad, desde la plaza Universitat hasta el Pla de Palau, donde se ha disuelto el grueso de la protesta, cuya cabecera fue tomada por jóvenes que se adelantaron a la pancarta pactada por los sindicatos y otras asociaciones educativas.
La protesta en la calle ha sido secundada en Madrid por miles de personas -12.000, según fuentes policiales-, detrás de una pancarta con el lema "No a la Lomce, no a los recortes, no a las contrarreformas educativas". Padres con niños pequeños, jóvenes estudiantes y profesores han marchado por el centro de Oviedo con pancartas con el lema "En defensa de la educación pública" y al grito de "sí se puede" para animar la movilización contra una Ley que han calificado de "regresiva" y "segregadora".
Han sido 10.000 según la Policía Nacional y 40.000 según los convocantes. La jornada ha transcurrido sin graves incidentes, entre ellos el ocurrido en Valencia, cuando un grupo de encapuchados ha entrado en un aula de la Universidad Politécnica de Valencia donde se realizaba un examen, y en Zaragoza, cuando el rector de la Universidad pidió presencia policial porque un piquete impedía el acceso a las instalaciones académicas.