La Audiencia de Lleida ha confirmado otra condena de dos años y medio para el rapero Pablo Hasél por amenazar a un testigo de un juicio contra unos guardias urbanos de Lleida, pena que podría sumarse a los nueve meses de cárcel que está cumpliendo por enaltecimiento al terrorismo.
El tribunal ha confirmado este mismo jueves la sentencia, que condenó a Hasél por los delitos de obstrucción a la justicia, amenazas y maltrato de obra, dos días después de que ingresara en prisión para cumplir una condena de nueve meses por enaltecimiento al terrorismo que la Audiencia Nacional descartó suspenderle.
Según consta en la sentencia, Hasél escribió en su cuenta de Twitter: "La Guardia Urbana de Lleida compró a este testigo falso para declarar contra un compañero al que dieron brutal paliza . Han sido absueltos ”, acompañando al texto una fotografía del testigo.
Además, se declara probado que la tarde del día 18 de octubre de 2017 el denunciante estaba en la terraza de una cafetería y Hasél, acompañado de un perro, se dirigió al denunciante diciéndole: "¿Tú eres amigo de los urbanos? ¡Has visto lo que has hecho".
Seguidamente, según relatan, el acusado intentó propinarle una patada, que el testigo pudo evitar. Como quiera que intervinieron otras personas para separar al acusado este le dijo: "Te mataré, hijo de puta, ya te cogeré".
El juzgado de Lleida deberá decidir ahora si obliga al rapero a cumplir esta nueva pena de prisión impuesta, aunque la sentencia puede ser todavía recurrida ante el Tribunal Supremo.
El encarcelamiento del rapero ha desatado una oleada de protestas que en los dos últimos días han acabado con disturbios en varias poblaciones catalanas.
Además de esta sentencia y la que ha motivado su ingreso en prisión, Hasél acumula otras condenas: la primera, de dos años de cárcel por enaltecer en sus canciones el terrorismo de ETA, los Grapo, Terra Lliure o Al Qaeda, es de 2014, aunque la Audiencia Nacional decidió en 2019 dejársela en suspenso.
Suma dos condenas más, firmes y dictadas en 2018, por allanamiento de local y resistencia y desobediencia a la autoridad, y otra pendiente de recurso por agredir a un cámara de TV3 que cubría un encierro de estudiantes en la Universidad de Lleida.