En unas jornadas sobre el 30 aniversario de Chernóbil en el Congreso, el diputado de Podemos y portavoz de Equo, Juantxo López de Uralde, manifestó su esperanza por que la Cámara diera luz verde a este cierre nuclear español, ya que el pasado 13 de abril esta comisión parlamentaria ya respaldó una proposición no de ley impulsada por él mismo, con el apoyo de PSOE y Ciudadanos, que abogaba por el cierre definitivo de la central de Santa María de Garoña (Burgos).
De hecho, existe un pacto parlamentario desde diciembre de 2014 sellado por PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), PNV, ERC, Coalición Canaria-Nueva Canarias, Amaiur, BNG, Geroa Bai y el propio Equo, en el que se comprometían a clausurar la planta atómica burgalesa en cuanto cambiase la mayoría parlamentaria. No obstante, no hay cerrado ningún pacto parlamentario para el cierre del total de las ocho instalaciones atómicas que hay en España.
Así, en la iniciativa socialista que se debate también se solicita que se mantenga la condición de cese definitivo de explotación que la planta atómica burgalesa tiene desde el 6 de julio de 2013, y quiere que el Gobierno desarrolle un plan de incentivación de actividad económica en la zona, para garantizar los puestos de trabajo de cara a un futuro cierre de la central.
Los socialistas también van más allá del cierre de Garoña, aunque no de forma tan directa como Podemos, al limitarse a plantear el "inicio de un proceso de diálogo" para alcanzar un pacto de Estado de Energía, que dé una mayor estabilidad al sistema, además de requerir al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) la actualización del conocimiento sobre riesgos sísmicos en todos los emplazamientos nucleares.
El texto de la proposición no de ley de Podemos-En Comù Podem-En Marea, es más concreto e insta al Ejecutivo al cierre progresivo de las plantas atómicas españolas a medida que sus permisos de explotación caduquen: Garoña, no reapertura; Almaraz I, 2020; Almaraz II, 2020; Ascó I, 2021; Cofrentes, 2021; Ascó II, 2021; Vandellòs II, 2020; y Trillo, 2024.
En las citadas jornadas parlamentarias, donde López de Uralde presentó su propuesta de cierre de centrales, insistió en la urgencia del mismo porque las plantas "cada vez son más viejas", fueron diseñadas en primera instancia para 30 años, y "no para 40". Según precisó, este calendario iría acompañado de un plan de transición energética hacia las renovables.