Una de las propuestas que estudiará la Mesa del Congreso de los Diputados es reducir los viajes a las reuniones de organismos como la OTAN, el Consejo de Europa o la OSCE, en los que el Congreso está como "observador", aseguran fuentes de la Mesa, porque "no todos los viajes son imprescindibles".

No se tocarán aquellos traslados que tengan que ver con los derechos humanos o con el intercambio parlamentario, han explicado las mismas fuentes. También han subrayado que en esta cuestión hay "bastante unanimidad" entre las cuatro fuerzas representadas en el órgano de gobierno de la Cámara.

En este nuevo escenario político, sin mayorías absolutas y al margen de que el Gobierno esté aún en funciones, se ha abierto camino la idea de que los viajes tienen que regirse por los criterios de "necesidad y racionalidad".

Todas las fuerzas políticas coinciden en que el Congreso tiene una función de "representación institucional" en el exterior que hay que mantener. Pero todo eso es compatible, señalan, con reducir el gasto todo lo que sea posible.

El foco se ha puesto, sobre todo, en las visitas que hace el Congreso a organismos internacionales, que suponen el grueso del gasto en desplazamientos al exterior y por las que sólo se rinden cuentas una vez concluidas. Ahora se plantea establecer unos criterios "sensatos y racionales", teniendo en cuenta, además, el momento de bloqueo político que vive el país.