El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha aprobado un dictamen favorable a la reapertura de la central nuclear de Garoña, en Burgos, siempre y cuando el operador de la planta Nuclenor (participado por Endesa e Iberdrola) cumpla con las inversiones en seguridad que se le exigen.

La resolución ha salido adelante con el voto a favor de cuatro de los cinco consejeros que integran el máximo órgano de la seguridad nuclear en España (tres propuestos por el PP y una por el PSOE), mientras que la quinta representante en el pleno, Cristina Narbona (también propuesta por el PSOE) ha votado en contra.

Imagen del exterior de la central nuclear de Garoña.

El CSN ha tomado esta decisión basándose en 167 informes técnicos elaborados en los dos últimos años. Tras el visto bueno del CSN, corresponderá al Ministerio de Energía decidir si autoriza a Nuclenor a volver a conectar la planta a la red, ya que está parada desde 2012, y finalmente será el operador quien, de contar con el sí del Gobierno, decida sí o no ejecutar el permiso solicitado para operar la planta hasta 2031, cuando cumpla los 60 años.

La decisión adoptada por el pleno del CSN sienta un precedente histórico hasta ahora en España, ya que no sólo se avala que una planta nuclear opere más allá de los 40 años, sino que desliga la revisión integral de seguridad de la central, que se realiza cada diez años, del aval para operar, que se ha dado para 14 años (hasta 2031).

Greenpeace se despliega en Garoña para exigir el desmantelamiento de la central nuclear.

Esto implica que a partir de ahora el visto bueno del máximo órgano de seguridad nuclear para que una central opere sólo será revocable por cuestiones de seguridad. La decisión del CSN, se produce con una mayoría parlamentaria (Podemos, PSOE y Ciudadanos) contraria a que Garoña se vuelva a conectar a la red hasta que el Congreso debata de manera calmada si ampliar la vida de las nucleares más allá de los 40 años.