La Fiscalía continúa analizando la documentación incautada en la casa de Lubitz en Düsseldorf y en la que compartía con sus padres en la localidad de Montabaur. Según explicó, siguen sin encontrarse pruebas que pudieran haber anunciado lo sucedido o un mensaje en que Lubitz asuma la autoría de la tragedia.
El copiloto estrelló presuntamente el avión de Germanwings (filial de bajo coste de Lufthansa) que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf contra los Alpes en el sur de Francia, el pasado día 24, tras impedir el acceso a la cabina del comandante.
Un total de 150 personas, la mayoría españolas y alemanas, murieron en el siniestro. Las investigaciones llevadas a cabo en el entorno familiar y personal del copiloto y en su lugar de trabajo tampoco han arrojado "indicios consistentes que ayuden a explicar los posibles motivos" de su actuación.
La Fiscalía de Düsseldorf, encargada de la investigación en Alemania, explicó que ha entrevistado a numerosos testigos del entorno personal y laboral de Lubitz y subrayó que "ni quiere ni puede" entrar en las especulaciones sobre cuáles pudieron ser los motivos que llevaron al copiloto a actuar como lo hizo.
"Las autoridades que llevan el caso deben ceñirse únicamente a los hechos", recalcó este organismo ante la sucesión de informaciones periodísticas sobre presuntas enfermedades de Lubitz.
El comunicado emitido completa las informaciones facilitadas el viernes por la Fiscalía de Düsseldorf, que avanzó entonces que entre los documentos incautados en las viviendas del copiloto había "bajas médicas, actuales e incluso vigentes para el día de los hechos, hechas pedazos", ocultadas a su empresa. No obstante, siguió sin precisar la enfermedad que podía padecer el copiloto, limitándose a constatar que fue tratado hace años por sus "tendencias suicidas".
La semana pasada, el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, informó de que Lubitz había interrumpido su formación durante meses, hace seis años.