Carma Chacón fue jugadora de baloncesto hasta los 23 años a pesar de su cardiopatía. "Soy cardiópata congénita pero he vivido una vida en plenitud", afirmó ante las cámaras. Este es un trastorno del corazón normalmente hereditario que se detecta al nacer o en los primeros días de vida.
Los profesionales aseguran que en muchas ocasiones estas malformaciones se pueden paliar. "El objetivo es tener una buena calidad de vida y se puede incorporar uno a la vida deportiva, escolar y profesional de forma normal", afirma José Luis Zunzunegui, cardiólogo y miembro de la Sociedad Española de Cardiopatía.
Un objetivo que Chacón persiguió: el de no dejar de lado su actividad diaria. La exministra viajó hasta en 18 ocasiones a Afganistán y consiguió, a pesar de que le advirtieron de las dificultades, uno de sus mayores retos personales: el de ser madre.
Se mostró agradecida al sistema sanitario y, sobre todo, a sus padres: "Me criaron como a una niña sana". Una niña que desde bien pequeña plantó cara a su enfermedad.