Los abogados del rey emérito,Juan Carlos I, han solicitado a la Justicia británica que desestime la demanda por presunto acoso presentada por su ex amiga íntima Corinna Larsen, que le reclama 126 millones de libras (unos 146 millones de euros) en concepto de daños y perjuicios. Así consta en un escrito elaborado por los nuevos abogados del ex jefe de Estado, del bufete británico Velitor Law, con los argumentos principales de la vista que ha arrancado este lunes en el Tribunal de Justicia de Londres ante la juez Collins Rice y que se prolongará hasta el viernes.
El escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, revela que, por las presuntas conductas de acoso que Don Juan Carlos o sus "agentes" habrían llevado a cabo contra la empresaria, Larsen reclama una suma de 126 millones de libras, cantidad que hasta ahora no había trascendido.
Uno de los principales argumentos de la defensa es que considera que los tribunales de Reino Unido no son los competentes para conocer de esta demanda. Se basa en el artículo 4 de la regulación de la UE sobre jurisdicción, el cual establece que las personas domiciliadas en un Estado miembro, independientemente de su nacionalidad, deben ser demandadas ante los tribunales de ese país. En este caso, creen que debe ser España.
A ello, los abogados del rey emérito añaden que "la cuestión clave es si, en relación con los supuestos actos de acoso, Reino Unido es el lugar donde se produjo el presunto 'evento dañino' o el 'daño directo'", algo que sostienen que la representación legal de Larsen no ha demostrado, siendo a esa parte, aducen, a quien corresponde la carga de la prueba. Las fuentes consultadas por Europa Press señalan que el objetivo de esta vista de cuatro días es abordar las cuestiones preliminares que quedaron pendientes hasta que se resolviera el alcance de la inmunidad del antiguo monarca.
La inmunidad de Don Juan Carlos
Fue el pasado 6 de diciembre cuando el Tribunal de Apelaciones de Inglaterra y Gales estableció que Don Juan Carlos goza de inmunidad respecto a las actuaciones previas a su abdicación como Rey de España, en 2014. Esta decisión judicial implica que la demanda de Larsen, que sitúa el marco temporal del presunto acoso entre 2012 y 2020, solo podrá seguir su curso ante los tribunales británicos por lo ocurrido a partir de 2014.
La empresaria relata en su demanda que Juan Carlos I la habría acosado después de que ella pusiera fin a la relación que habían mantenido. Primero para procurar que la retomaran y después a modo de venganza para perjudicarla en sus negocios, de acuerdo con Larsen.
Reclama al rey emérito una indemnización por los costes de su tratamiento médico de salud mental, por la "instalación de medidas de seguridad personal y servicios diarios de protección" y por la contratación a "ex diplomáticos y ex funcionarios del Gobierno" para que interviniesen con el fin de "poner fin al acoso" que dice haber recibido.
La inmunidad reconocida al ex jefe de Estado implica que el grueso de la demanda presentada en 2020 por Larsen no será analizada por la Justicia británica, ya que es en esos primeros años, del 2012 al 2014 donde la empresaria coloca los hechos que revestirían mayor gravedad, entre ellos la visita que habría recibido en Londres del entonces jefe del CNI, el general Félix Sanz Roldán, y el registro de su apartamento en Mónaco.
En el periodo temporal que sí podrán abordar los jueces británicos, Larsen asegura que en 2015 recibió un correo de su ex marido en el que decía que debía devolver el dinero que tenía de Juan Carlos I. Ese mismo año, dice haber recibido comentarios por parte de terceros que afirmaban que ella había robado dinero y bienes al rey emérito. "Estas declaraciones falsas tenían la intención del demandado de causar daño a la demandante, a su reputación e intereses comerciales y, de hecho, lo hizo", señala el documento.
Larsen narra también presuntos seguimientos de los que dice haber sido víctima entre 2015 y 2020 por parte de terceras personas que, a su juicio, estarían vinculadas al antiguo monarca. Entre otras cuestiones, la empresaria destaca que el 11 de noviembre de 2020 un hombre de apariencia mediterránea apareció frente a ella en plena calle en Londres y le dijo: "Hi, hola, you must stop" (Hola, debes detenerte).