Hijo y nieto de guardia civil, la de Manuel Sánchez Corbí es la historia de un compromiso desde que ingresó en los 80 en el Servicio de Información de Vizcaya. "Aquello era como el fuerte del 'far west', vivías en un cuartel que automáticamente se convertía en el objetivo de los terroristas porque eras de las pocas instituciones del Estado en un territorio hostil", explica.
Su visión, por tanto, es de alguien autorizado por su desempeño profesional para hablar sobre la violencia. "El terrorismo de ETA se acabó, ya no existe, no es nada; ahora bien", dice con pesar cuando se le pregunta por la actualidad, "alguien puede recurrir a la violencia a pesar de que la experiencia dice que esto nunca ha sido útil, ni con ETA, ni con el GRAPO ni con el FRAP, nadie ha sacado rédito alguno".
La reflexión lleva a la situación que se vive en Cataluña con el desafío independentista. El coronel jefe de la UCO se cuida mucho de trazar paralelismos entre lo que vivió frente a ETA y la situación de tensión política que marca la actualidad debido al plan secesionista de la Generalitat y de organizaciones sociales. Su pronóstico: "No podemos excluir que alguien piense que igual con la violencia consigue algo más".
"Es algo de lo que preocuparse. Que hoy en día en Catalunya alguien empiece a hacer 'kale borroka' no está muy lejos porque aquí siempre ha habido violencia antisistema. Que eso ahora lo focalicen hacia la independencia puede ocurrir, hay mucho caldo de cultivo previo".