Ha llegado a la reunión muy sonriente, pero dentro le esperaban varias autonomías con la munición cargada: "Debe escuchar el clamor social sobre este tema, que afecta a la igualdad de miles de personas", según el consejero andaluz, Antono Ávila. Por su parte, la consejera asturiana, Ana González, cree que "las condiciones de continuación sean en función de la renta también es inadmisible".
Le han pedido que recapacite y el ministro Wert así lo hará. Ha anunciado que revisará el requisito del 6,5 para obtener una beca: "Sí se va a considerar la revisión de la nota del 6,5 para obtener becas".
Rectores, estudiantes, profesores y hasta miembros de su propio partido... Wert se ha quedado sin apoyos. Ni en su propio partido le entienden. Alfonso Alonso ha declarado que "Los sistemas de becas deben estar supeditados a la igualdad de oportunidades".
Y Carlos Floriano evitó como pudo comentar las palabras del ministro e incluso pronunciar su nombre: "No quiero entrar en comentarios de nadie. Esperemos a ver en qué se concretan las becas".
El presidente de la Xunta Núñez Feijoo también se ha revelado. Ha dicho que las tasas universitarias en Galicia se congelarán. Y el resto, directamente, se echa las manos a la cabeza. Alfredo Pérez Rubalcaba cree que "pedir un 5 es razonable, pero pedir un 6,5 es un disparate".
José Luis Centella, portavoz de Izquierda Unida en el Congreso de los Diputados, ha señalado que "es un insulto para miles de personas que se esfuerzan y trabajan para obtener un 5". El mayor punto de desencuentro tiene, una vez más, el mismo nombre y apellidos.