La fuga de Carles Puigdemontdel pasado jueves ha generado un auténtico incendio dentro de los Mossos d'Esquadra. El expresident catalán ha vuelto a Waterloo tras haber realizado un discurso ante miles de personas en Barcelona el mismo día que Salvador Illa era investido presidente.
A pesar de que la ciudad estaba blindada para impedir que el expresident catalán pudiese huir del país de nuevo, Puigdemont consiguió 'desaparecer' tras su intervención. Tras escuchar las explicaciones del jefe de la policía autonómica sobre lo sucedido, los sindicatos han decidido pronunciarse.
Pere García, secretario general del SAP-FEPOL (sindicato mayoritario de los Mossos) ha señalado que considera que la 'operación Jaula' fue "injustificable", destacando que se hizo para da una explicación "al fallo" en la detención de Puigdemont.
Además, ha criticado que no han tenido interlocución con el conseller de Interior. "Ha sido opaco, no ha contado con nosotros", ha asegurado. Un momento que ha aprovechado para destacar que le parece completamente "desafortunada" la rueda de prensa que dio, acusándole tanto a él como al jefe y al comisario de los Mossos de "no asumir responsabilidades".
"Todas las personas del cuerpo esperaban que asumieran responsabilidades. El dispositivo Jaula era absolutamente innecesario", ha señalado, destacando que cree que se hizo de manera "sentimental" y no "racional".
Por tanto, ha indicado que la ciudadanía se merece una explicación tras lo sucedido, recalcando que hay que ser "críticos" y revisar qué ha podido fallar para que Puigdemont acabase huyendo de nuevo del país.
Pere García ha explicado que tenían la obligación de cumplir la orden judicial sin discutirla, señalando que no hacerlo repercute en el prestigio del cuerpo y va contra los intereses del servicio de seguridad. "Puede fallar el dispositivo, pero no entendemos la falta de autocrítica y de revisión", ha confesado.
En cuanto a los mossos detenidos tras ser acusados de haber ayudado a Puigdemont, Pere García ha confesado que tendrá que ser un juez el que se pronuncie sobre esto para ver si hay "responsabilidades penales o disciplinarias".
Un momento que ha aprovechado para dejar claro que realizaron esta conducta fuera de servicio, no mientras estaban trabajando. "Cada uno en su vida particular hace lo que quiere, pero sabemos que hay un régimen disciplinario. Controlar a los 18.000 mossos es muy difícil", ha destacado.