La última arista de una nebulosa que siempre envuelve el Día de la Constitución, el modelo del Estado de las autonomías, ha tomado un cariz diferente en la última semana. Durante las negociaciones para la aprobación del proyecto de Presupuestos en el Congreso, saltó un viejo conocido a la palestra: la política impositiva.
Impuestos, impuestos y más impuestos. Los tributos suelen rondar la conversación de nuestras instituciones, porque en su gestión reside una de las grandes apuestas ideológicas de cada Gobierno. La ley traslada a las comunidades autónomas la imposición patrimonial con capacidad normativa. Esto es: el poder decidir sobre ciertos impuestos.
El artífice detrás de ese modelo fue el exministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Titular de la misma cartera en dos períodos diferentes -entre 2000 y 2004 con Aznar; entre 2011 y 2018 con Rajoy-, defiende en una charla con laSexta su postura respecto a la armonización fiscal y niega, tajantemente, el que propusiera en su momento homogeneizar patrimonio y sucesiones. A los archivos del Congreso se remite.
“No se me quiera sacar a pasear cuando no he estado nunca en la procesión”, ríe Montoro.
"Es como decir que el IBI tenga que ser igual en Madrid y Teruel"
Para el extitular de Hacienda, lo que subyace detrás de las propuestas de armonización fiscal que ha anunciado el Gobierno a través de su sucesora en el cargo, María Jesús Montero, cuestiona uno de los pilares del Estado español tal y como lo conocemos. “La lógica de fondo es para qué queremos un estado de las autonomías si no hay diferencia para los impuestos que aplican”, sintetiza.
“Es como si dijéramos que el IBI debe ser el mismo por metro cuadrado en las capitales de España que en los pueblos de la provincia de Soria o de Teruel. Es que no es lo mismo. El valor de mercado es diferente”, argumenta.
Así, ni hablar de armonización. Pero de lo que Montoro sí saca pecho es de su política respetando la singularidad de cada territorio de los que conforman España: un país en el que conviven haciendas forales, comunidades con régimen común y estímulos fiscales en lugares como las ciudades autónomas o las Islas Canarias. “De la armonización yo no he sido muy partidario. Lo que sí que he tratado de hacer es favorecer la corresponsabilidad fiscal en un país como España”, aduce.
Impuestos a la carta en cada territorio
El derecho diferencial, a sus ojos, entre ambas posturas es que esas características para cada comunidad se potenció, incluso en las semanas previas a la moción de censura. “En la última legislatura de mayoría absoluta, en 2015, presentamos un proyecto de ley de régimen especial para las Islas Baleares”, rememora en la conversación con esta cadena.
“Hemos estado siempre en la singularidad y ahora resulta que me colocan en la fila de la armonización”, ironiza. “Hay que no confundir. Una cosa es que se convoquen grupos técnicos para recibir opiniones, para recabar opiniones… No me van a encontrar con facilidad. Sólo hay que entrar en la web del Congreso y entrar en mi intervención en mayo del 2018”.
Porque Montoro no abogó “por la armonización”, aduce. La polémica surge porque, en 2017, se celebraban en el seno del Ministerio de Hacienda reuniones técnicas con las comunidades autónomas para hablar del sistema de financiación. “Nunca hubo una reunión política”, rechaza el exministro. “Ni nunca ascendió ningún comentario de una reunión técnica ni mucho menos el ministro ni el Ministerio se pronunció en torno a la armonización”.
“En mayo, semanas antes de la moción, hay una intervención mía en la comisión de Hacienda. La última que hice. Abordé el tema del futuro de la financiación autonómica y ahí tienen lo que eran los criterios establecidos”, recalca. “Hablaba incluso de revisar los sistemas de financiación especial de liquidez, como el FLA, las consecuencias de lo que había sido la generación de la deuda por el Estado… Todo lo expliqué. Lo que no abordé nunca es la armonización”.