Del miedo inicial han pasado al desconcierto. Las operaciones policiales tampoco ayudan a calmar el aparente caos. Sólo uno de los detenidos  de las últimas operaciones ha sido procesado por terrorismo y la mayoría ya están en libertad.

Un hombre asegura que "los terroristas han conseguido lo que querían, que era llevarnos a un estado de pánico permanente y es lo que está pasando". Algo a lo que se ha referido el alcalde de Bruselas, que ha dicho que "no se puede vivir así bajo el estado de los islamistas".

Entre tanto las autoridades belgas buscan volver a la normalidad. El metro y los centros escolares empezarán a el miércoles de manera paulatina. Pero el nivel de alerta continúa en su punto máximo y así se mantendrá, al menos, hasta el próximo lunes cuando el Gobierno vuelva a valorar el riesgo.

Cerca de mil militares se mezclan con los motivos navideños, lo que recuerda la época de grandes aglomeraciones y ventas que se avecina. Efectivos de la policía belga trabajan a pleno rendimiento  las 24 horas y sobre todo en los lugares más concurridos.