Los agentes antidisturbios fueron recibidos con piedras y con una sonora cacerolada. Los enfrentamientos entre policía y manifestantes derivaron en una auténtica batalla campal. Desde las ventanas, algunos vecinos, no podían creer lo que estaba ocurriendo en plena calle.

Unos altercados que se volvían a repertir el sábado y el domingo. Los sindicatos policiales aseguran que detrás de estos actos vandálicos están grupos violentos que nada tienen que ver con la reivindicación vecinal.

Mientras algunos vecinos critican la actuación policial, otros rechazan la violencia de algunos jóvenes, que se infiltraron en la manifestación con el único propósito de reventarla. Los altercados del fin de semana han dejado 40 detenidos y decenas de heridos, entre ellos 15 policías.