Vuelven los cruceros a los puertos españoles. España se encamina hacia la reapertura y se posiciona como el segundo país a nivel mundial en recepción de cruceristas casi un año después de que se prohibiera atracar en los puertos españoles el pasado 23 de junio de 2020.
En este periodo, el sector ha sufrido la pérdida de 20.000 empleos, aunque la industria espera recuperar la facturación previa a la pandemia: casi 6.000 millones de euros en 2019 que aportan 2.800 millones de euros al PIB nacional. Se estima que en ese mismo año se crearon 50.031 puestos de trabajo en España gracias a la industria de cruceros y se generaron 1.500 millones de euros en salarios.
Entre marzo y septiembre de 2020, con la actividad paralizada, las pérdidas en España ascienden a más de 2.400 millones en actividad económica, más de 20.000 empleos y 559 millones de euros en salarios. Sin embargo, la respuesta de las navieras al levantamiento este lunes de la prohibición de los cruceros internacionales en España, en vigor desde hace más de un año por la pandemia de COVID-19, ha sido inmediata, y algunas ya han incluido puertos españoles en sus itinerarios por el Mediterráneo de este verano.
El fin de la prohibición viene acompañado por una serie de medidas que deben cumplir los cruceros como no superar el 70-75 % del aforo máximo; evitar que duerman más de dos tripulantes en el mismo camarote o establecer grupos, con horarios diferentes de comida, embarque y desembarque, además de que los pasajeros deben presentar una PCR o una prueba de antígenos negativas antes de subir a bordo.
Según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), se trata de un protocolo "evidentemente exigente", pero en línea con las directrices europeas que han seguido muchos países como base para establecer su normativa.
Su director para España, Alfredo Serrano, ha señalado que el sector llevaba pidiendo mucho tiempo el levantamiento de la prohibición en el sentido de que se diera una fecha para ello, a fin de que las navieras pudieran actualizar sus planes.
Además de preparar el barco o traer la tripulación a tiempo para pasar una cuarentena antes de zarpar, lo más importante es ponerlo en el mercado, proceso que normalmente necesita hasta dos años de antelación. En este caso, se hará en tiempo récord, aunque también es cierto que algunas compañías habían anunciado que iban a tener barcos en España, contando con que se levantase la prohibición, o ya están navegando por el Mediterráneo o Canarias.
Serrano, que confía en que 2022 sea ya el año de la recuperación, prevé aún muchísimas dificultades desde el punto de vista operativo para que las compañías puedan reactivarse completamente en este ejercicio.
Entre otras cuestiones, se ha referido a las restricciones a los viajes desde terceros países no comunitarios, de los que provienen los tripulantes, o una conectividad aérea aún limitada para poder mover tanto a los turistas que quieren hacer un crucero como a los empleados.
En cambio, el hecho de que España siga fuera del semáforo verde del Reino Unido tendrá un impacto mínimo, ya que la mayoría de los británicos que vienen a España en un crucero, lo inicia en su país, que además cuenta con un plan de desescalada que contempla en una primera fase, en la que está actualmente, sólo itinerarios nacionales.
Reapertura al turismo internacional
Esta reapertura siembra la esperanza, al igual que lo hace la del turismo internacional para las personas vacunadas frente al COVID, que también se producirá este mismo 7 de junio.
El Gobierno anuncióla apertura de fronteras internacionalesa los turistas que, sin motivo justificado, quieran acceder a España a partir de este lunes, siempre y cuando estén vacunados con la pauta completa de alguna de las vacunas contra el COVID aprobadas por la EMA o la OMS.
De este modo, se reabre el turismo internacional no solo para los países de la UE o los 10 terceros países que tienen derecho a ingresar en España sin justificación, sino también para los nacionales de cualquier país siempre que estén inmunizados frente a la enfermedad.
España se adelanta así al 'Certificado verde' que la Unión Europea pondrá en marcha a partir de julio y que recogerá, entre otros datos, las fechas de vacunación y las posibles pruebas diagnósticas de aquellos nacionales de Estados miembros que pretendan viajar por Europa.