"Vamos a trabajar hasta el último minuto de la legislatura" ha señalado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su discurso en Moncloa para convocar elecciones el próximo 28 de abril.
Casi 60 proposiciones de ley parece que se van a quedar sin tramitar. Entre los planes de Sánchez sin hacer estaba tumbar la ley mordaza de Rajoy. Pero en tiempo de descuento y sin consenso suficiente, pinta improbable.
"Después de cuatro años no hemos conseguido no sólo una derogación, ni tan siquiera una reforma de una ley que atenta contra los derechos y libertades", afirma Javier Raboso, de la plataforma 'No somos delito'.
El voto rogado también se iba a modificar para facilitar las elecciones a los españoles en el extranjero. Nada se ha cambiado y se preguntan ¿ahora qué?
"Se queda más en una promesa electoral y supone que la participación vuelve a ser desastrosa y que un trozo de España bastante grande se queda sin votar", señala Berta Burguete, una española en el extranjero.
¿Y qué ocurre con la reforma laboral del Ejecutivo anterior? Sánchez prometió la derogación de la reforma laboral del PP.
Como tuvo que desistir, el plan tornó a intentar modificar los aspectos más sangrantes. Los sindicatos confían en que todavía se pueda hacer algo.
"No será fácil que podamos desmontar los aspectos más lesivos de la reforma del Partido Popular, aunque algunos sí que se pueden llevar a cabo en este periodo hasta la disolución de las cortes", explica el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.
Y una más para el cajón: la eliminación de los aforamientos, algo muy debatido por los partidos.
También quedarán en punto muerto comisiones de investigación, como la de la presunta financiación irregular del PP. Se trata de iniciativas que se van a dar contra el muro del final de la legislatura.