La hija del rey no sabía nada y la culpa, en todo caso, fue de Iñaki Urdangarin. Por ahí parece que va a transitar el recurso de los abogados de la infanta Cristina. Antes de volver a citarla, el juez Castro pidió argumentos a su defensa. Roca y Silva afirman que doña Cristina no sabe de contabilidad. "No cuenta con formación específica sobre tales materias".

La inocencia de la infanta también la apoya el abogado de su marido con un particular argumento: sus gastos personales con la tarjeta Aizóon fueron "ridículos".

Cantidades insignificantes o confianza ciega, como alega su defensa. "Estuvo completamente al margen de la administración de la sociedad, no tuvo ninguna intervención activa en la gestión cotidiana [y] confió absolutamente en la gestión de su esposo".

A los técnicos de Hacienda se les hace extraño que la infanta no supiera nada. Llegado este punto uno de los enemigos de doña Cristina es la doctrina sobre la "inocencia deliberada". Aquello de que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento.