Se realizó un traslado de chatarra y de material en desuso de una antigua comisaría en Tarragona a otra nueva a la que se mudaban, así que extraoficialmente y justificándose con que si no el material hubiera acabado en la basura, el sargento ordenó a uno de sus cabos venderlo a una chatarrería.

Les dieron 400 euros que invirtieron en comprar una radio-baliza, una especie de GPS para seguir muy de cerca a los criminales. “No es ningún tipo de irregularidad, simplemente estábamos hablando de una serie de deshechos, básicamente hierro o metal, que estaban abandonados en la comisaría y que se tenían que eliminar”, explica Valentín Anadón, miembro del sindicato UGT de los Mossos.

Sargento y cabo, que fueron sancionados y retirados temporalmente de su cargo, sostienen que lo hicieron para solucionar la falta de medios a la que se enfrentaban en su equipo de investigadores.

Aunque los Mossos aseguran que la chatarra no estaba relacionada con ningún hecho delictivo y que no pertenecía a ninguna operación, los sindicatos policiales hablan de algo inadmisible y sin precedente. "No cabe ninguna duda de que es un delito de apropiación indebida. El fin no justifica los medios", asegura Antonio Labrado.

Fue un chivatazo de sus propios compañeros el que sacó a la luz la venta del material de una comisaría que tuvo lugar hace dos años. Los dos agentes que siguen denunciando falta de medios están recolocados en dos comisarías diferentes.