La actitud de Jordi Pujol ante la jueza esta semana no tiene nada que ver con cómo se presentó ante el Parlament en el mes de septiembre, cuando su actitud fue mucho más desafiante.

Sin embargo, en los juzgados, el expresident llegó entre los abucheos de la gente y una vez dentro, se mostró poco directo en algunas de sus respuestas y la falta de audífonos le creó algunos problemas.

Sobre la cuenta que su padre Florenci dejó en Andorra para su mujer y sus hijos dejó en Andorra, asegura que siempre se desentendió y quiso mantenerse al margen. "No eran sólo escrúpulos, que sí lo eran, sino también miedo porque era una operación peligrosa", declaró Pujol.

140 millones de pesetas que acabaron multiplicándose hasta llegar a 490, aunque el objetivo de la cuenta no era crear beneficios. Además, según una de sus hijas, nunca se habló de estas cuentas en casa.
Marta Ferrusola, también beneficiaria de esa cuenta, se ha acogido a su derecho de no declarar.