El teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona Jaume Asens ha aseverado en su cuenta de Twitter que, "ante la gravedad de los hechos que describen, hemos llevado el caso a la Fiscalía. Iremos hasta el final".
Según la información publicada, basada en una investigación propia del rotativo, las irregularidades se centran en los residuos destinados al reciclaje -plástico, tetrabriks...- y los muebles y trastos viejos, llamados "voluminosos", por los que la empresa cobra según un sistema de tramos.
El sistema de cobro implica que el Ayuntamiento paga menos por tonelada a medida que el volumen de recogida de residuos crece, por lo que se puede dar el caso de que, al saltar un tramo por un escaso margen, FCC acabe ingresando menos dinero si no se hubiera sobrepasado ese límite.
Según algunos correos a los que ha tenido acceso el rotativo, algunos responsables de FCC maniobraban para no saltarse algún tramo de toneladas recogidas y evitar así pérdidas para la empresa.
Para ello, en ocasiones se llegaron a mezclar residuos para el reciclado con desechos sin reciclar, llamados "de rechazo", con el objetivo de que toda la carga pasara como si fuera basura de este último tipo.
El diario asevera que, con esta mecánica, la empresa habría defraudado 800.000 euros al Ayuntamiento de Barcelona en el año 2014, aunque asegura que tiene constancia de que el sistema también se aplicó en los ejercicios de 2013 y 2015.
Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona han explicado que el tema se tratará esta mañana en la comisión de gobierno del consistorio y que posteriormente los tenientes de alcalde Jaume Asens y Janet Sanz darán explicaciones sobre la decisión tomada por los responsables municipales. Por su parte, un portavoz de FCC se limitó a decir que están investigando los hechos denunciados.