En la penúltima jornada del juicio del 'procés', las defensas de siete de los acusados han expuesto sus informes definitivos. Todos han defendido que pudo haber desobediencia, pero que lo que no pudo haber en ningún caso es el delito de rebelión porque no hubo violencia.
Andreu Van den Eynde, el abogado de Oriol Junqueras y de Raül Romeva, ha sido el primero en defender que apenas hubo tres o cuatro acontecimientos aislados de violencia reactivos y que, en todo caso, se pueden contar "con los dedos de una mano".
Van den Eynde ha sido el más político de todos los abogados defensores porque ha dicho que esta es una causa general contra la disidencia política y ha pedido que "la pelota pase" de nuevo a ese terreno, al de la política.
Por su parte, Jordi Pina, abogado de Jordi Sànchez, Josep Rull y Jordi Turull, ha afirmado que nadie en Cataluña considera que lo que ocurrió en octubre de 2017 pueda ser calificado de "golpe de Estado violento". En este sentido, ha intentado desmontar la tesis de rebelión de la fiscalía.
Finalmente, Javier Melero, abogado de Joaquim Forn, se ha mostrado más técnico en sus argumentos: ha defendido que no puede haber un delito de rebelión porque fue el propio Govern de la Generalitat el que incumplió su propia declaración de independencia, acató el Artículo 155 de la Constitución y sus miembros se fueron a casa.