La primera imagen de Martínez de la Hidalga es tomando un café con el chico que le iba a escamotear 25.000 euros. Fue obtenida por los investigadores e incluida en el sumario.
El empresario quedó prendado de Francisco Nicolás, como se desprende de la declaración de su mujer: "Mi marido tenía tantas ganas de vender la finca que se lo pudo creer todo".
Se refiere a una finca valorada en 15 millones. De la Hidalga tenía problemas financieros y quería desprenderse de ella, por lo que Nicolás le ofreció sus dotes de agente inmobiliario. "Me dijo que había un señor nicaragüense dispuesto a pagar el precio, luego dijo que se la iba a ofrecer a Villar Mir y también dijo que se lo iba a ofrecer a Moratinos porque Guinea Ecuatorial quería un edificio para su presidente", afirma el empresario.
Pero para atraerse totalmente su confianza tiró de un documento falsificado: una orden para otorgarla la inmunidad diplomática a De la Hidalga, presuntamente firmada por Mariano Rajoy.
Nicolás hizo creer al empresario que pronto le iban a embargar sus bienes por culpa de las deudas, y le instó a vaciar sus cuentas en su sucursal, en total 600.000 euros. El director no se creía lo que estaba escuchando: "Para mi era una estafa descarada, pero no podía decir nada porque podía perder mi trabajo".
Ante las pegas del banquero, Nicolás simuló varias llamadas a la vicepresidenta, pero no cayó en que era viernes y Sáenz de Santamaría estaba en el Consejo de Ministros.
Por ello, tras escanear uno de los DNI del joven, el director de la sucursal le retó: "Le dije que era un chico de 20 años sin estudios y él me respondió que estudiaba en CUNEF y era agente del CNI".
Finalmente, De la idalga sacó sólo 25.000 euros, que terminaron en el bolsillo de Nicolás: "Se ofreció a guardar los 25.000 euros en su despacho y yo le dije; pues guárdalo".
El empresario reconoció ante el juez que le pareció un poco raro, pero su esposa tiene claro lo que le pasó: "Es normal que se ilusione con la gente, es muy bueno, sale con sus amigos y les compra un coche".
No llegó a tanto con Nicolás, porque su mujer le paró los pies. Aún así, Nicolas nunca llegó a rendirse hasta que le detuvo la Policía.
"Javier llegó a decirme; me han engañado, soy tonto, pero Nicolás llamaba a todas horas y le creaba ilusiones a mi marido". Unas ilusiones que, según el sumario,estuvieron a punto de llevar a De la Hidalga a transferirle 600.000 euros a Nicolás.