El primer encontronazo en el Congreso de los Diputados entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no dejó entrever el principio de una gran amistad por el tono empleado. "Felipe González tiene el pasado manchado de cal viva", acusaba Iglesias.

Esa frase en concreto del líder de Podemos, ha sido recibida por muchos socialistas como un insulto que dinamita cualquier posibilidad de entendimiento. "Ha sido una indecencia política y lo que debería hacer cuanto antes es pedir disculpas al presidente González y al PSOE", ha dicho Susana Díaz.

Sin embargo, este jueves los mensajes cruzados echan agua al fuego y siguen dejando la puerta entreabierta para el futuro. "Hay algunas cuestiones que responden al calor de un debate que no podía ser de otra forma, tenía que ser intenso", ha dicho Sergio Pascual, secretario de Organización de Podemos.

"Nosotros seguiremos hablando con ellos, porque a pesar de los insultos, las descalificaciones y la verborrea, nosotros priorizamos la solución a los desahucios, al paro y a la precariedad laboral", explicaba Simancas, miembro de la ejecutiva del PSOE.

Para poder hablar de todo ello, Podemos insiste en que el PSOE tiene que mirar a la izquierda, algo que incluso le dijeron a Sánchez los nacionalistas, claves con su abstención para que cuadren los números. Unas posturas que anticipan que a Sánchez tampoco le cuadrarán las cuentas en su segundo intento.