La Moncloa utilizó la grabación al rey Juan Carlos, según 'OkDiario', para conseguir algo a cambio; en el año 1990, el gobierno de Felipe González se enfrenta al escándalo de corrupción de Juan Guerra, el hermano del vicepresidente, Alfonso Guerra, que es acusado de utilizar su despacho en la Delegación del Gobierno en Andalucía para cobrar comisiones.
Un caso que provocó la dimisión de la mano derecha de González en enero del 91, pero poco antes, en octubre de 1990, el CESID graba una conversación privada del rey Juan Carlos hablando sobre unas fotos que le hicieron en compañía de la empresaria Marta Gayá.
'OkDiario' asegura que esa cinta se utilizó para que el rey omitiera la corrupción en su discurso de Navidad de ese año, y así fue, porque el monarca se limitó a hacer esta recomendación a los medios de comunicación: "Si se pide comprensión ante las críticas, es legítimo pedir mesura a quien las hace".
Según esta información, el discurso ya estaba escrito y, tras ser presentado al Gobierno, algo habitual, fue modificado. "González monta en cólera cuando se entera de que sabino quería criticar la corrupción", señala Eduardo Inda, que también advierte de que hay más grabaciones.