Antonio Tejero, general protagonista del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, ha acudido al cementerio de Mingorrubio en el que posteriormente han sido inhumados los restos de Franco. Aunque ha querido pasar el cordón policial y acceder al panteón, la Policía Nacional no se lo ha permitido.
El golpista ha sido recibido entre vítores por los afines a la dictadura congregados fuera del camposanto, que le han aclamado a grito de "¡coronel Tejero!" y "¡periodistas terroristas!".
Se da la circunstancia de que su hijo, Ramón Tejero, es el sacerdote que ha oficiado la misa en memoria de Francisco Franco en el cementerio de Mingorrubio tras su exhumación del Valle de los Caídos.