Francisco Javier perdió a su hijo Xavi, de tan solo tres años, en el atentado de La Rambla de Barcelona. Más de tres años después, ha declarado este viernes en la cuarta sesión del juicioen la Audiencia Nacional.
Allí, ha reprochado que la ayuda que han recibido los familiares de las víctimas ha sido escasa y ha defendido que "había muchas cosas que podían haberse hecho en aquel momento para evitar ese atentado".
"Me dijeron que me iban a dar dinero. ¿Hay suficiente dinero en el mundo para sacar a mi hijo del nicho y darle la vida?", ha lamentado. "Mi hijo vale, para que la gente lo sepa si lo matan en un atentado terrorista, 250.000 euros", ha agregado.
Quería que sirviera para algo la muerte de mi hijo"
El declarante ha afirmado que su "lucha estos años" ha sido "averiguar cómo proteger a las dos hijas que me quedan, qué hacer para que no vuelva a pasar", cambiar los protocolos de atención a las víctimas y saber "qué falló y qué podemos hacer para que no vuelva a ocurrir".
"A mi hijo lo hemos perdido todos, porque no sé si mi hijo sería el presidente del mundo, el primer astronauta que va a Marte. Ya nunca sabremos qué sería mi hijo", ha lamentado. "Quería que sirviera para algo la muerte de mi hijo", ha sentenciado.
El duro recuerdo del atentado
Durante su declaración, Francisco Javier Martínez ha ofrecido un duro testimonio de lo ocurrido aquel 17 de agosto de 2017. "Me llamó la madre de mi hijo diciéndome con voz entrecortada que habían atropellado a Xavi", ha recordando. Días después, su exmujer lo contó que el pequeño "voló como 50 metros de donde estaba".
Había un silencio que no voy a olvidar en mi vida"
El testigo ha rememorando cómo encontró "gente en el suelo" cuando llegó al lugar del atentado. "Había un silencio que no voy a olvidar en mi vida. Ese silencio no lo he escuchado nunca, ni en una iglesia ni en ningún sitio", ha rememorado.
Francisco Javier ha hablado también del "silencio sepulcral" que halló en el centro de atención primaria donde su hijo, su exmujer y su hija estaban siendo atendidos. El niño, muy grave, fue trasladado al hospital, donde finalmente falleció.
"Estuvimos con mi hijo durante dos o tres horas. Mi madre, la abuela de Xavi, lo tuvo abrazado diciendo 'no le pasa nada, solamente tiene frío, si lo calentamos, se despierta'", ha recordado el padre, emocionado. "Para mí revivir esto es muy duro", ha reconocido ante el juez.
El padre de Xavi, a quien se le ha quebrado la voz al agradecer la labor de los Mossos d'Esquadra, ha señalado que "se sentían igual de mal que yo de no poder haber salvado la vida de mi hijo".
"Todas las personas que somos padres llevamos un sentimiento de protección hacia nuestros hijos y nunca pensamos que les pueda pasar nada, siempre pensamos que nos pasa antes a nosotros", ha lamentado. "Todos los sentimientos que uno tiene para seguir en la vida y para luchar se quedaron rotos en el suelo de La Rambla", ha aseverado.