El gobierno ya ha elegido nuevo fiscal general del Estado, José Manuel Maza, quien actualmente ocupa el puesto de magistrado de la sala de lo penal del Tribunal Supremo.
Con un marcado perfil conservador, en su horizonte inmediato aparecen los diferentes casos de corrupción del PP o los asuntos judiciales sobre la consulta independentista.
De su carrera como magistrado destaca su postura en la causa contra Baltasar Garzón por los crímenes del franquismo, en la que firmó un voto particular contra la sentencia absolutoria del exjuez. Y, con dureza, argumentó que no condenarlo era un insulto a la razón.
Otro dato es su postura contraria a la doctrina Botín en otras causas fue utilizada como jurisprudencia por el juez Castro para sentar a la infanta en el banquillo.
Maza asumirá entre otras cosas, la reforma del gobierno que hará que los fiscales asuman la instrucción de los sumarios, algo que seguro que le interesa a juzgar por lo que decía hace un año: "Por favor, que se pasen las investigaciones criminales al ministerio fiscal".
Tras la proposición del Ejecutivo llegará el informe del Consejo General del Poder Judicial y la comparecencia en el Congreso.