Muy serio y desde Madrid, Pablo Iglesias resumía como "altamente decepcionante" el batacazo de su formación en Cataluña.
Lluis Rabell salía rodeado de un corro de caras largas. Algunos militantes trataban de animarle, pero él tampoco quiso poner paños calientes. Ni en catalán ni más tarde en castellano. "No hemos conseguido nuestro objetivo, que era mucho más ambicioso".
Catalunya Sí que es Pot sólo ha conseguido 11 escaños, frente a los 13 que ICV, una de las formaciones que componen Catalunya Sí que es Pot, consiguió por sí sola en 2012.
Más sangrante aún es la comparación con los resultados de Barcelona en Comú en las municipales de mayo. En Barcelona capital, Catalunya Sí que es Pot ha conseguido poco más de 85.000 votos, y no llega ni al 10%. Ada Colau consiguió más del 25% y 176.000 votos.
El análisis que hacen: la mayoría de catalanes ha renunciado al debate sobre programas. "Hemos apostado en esta campaña por escuchar, por el sentido común y por la responsabilidad de Estado, pero no ha funcionado", afirmó Pablo Iglesias.
Desde dentro les señalan otros errores que explican el fracaso. "Catalunya Sí que es Pot no se ha atrevido a ser una fuerza novedosa", ha señalado Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos.