La salida de prisión del presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC),Oriol Junqueras, parece haber sido decisivo para que los republicanos hayan dado el 'sorpasso' en el ámbito independentista a los posconvergentes de Junts.
El hecho de que Junqueras, en tercer grado, haya podido hacer campaña junto a los suyos y que su salida coincidiera con el pistoletazo de salida del proceso electoral han sido factores que han impulsado a la candidatura de Pere Aragonès.
En el cómputo global, la cuestión cambia poco: la candidatura de Aragonès suma un escaño en comparación con las elecciones que Mariano Rajoy convocó en 2017 al amparo del artículo 155 de la Constitución. Sin embargo, esto produce un vuelco en el bloque independentista, ya que pasan de la apuesta por la unilateralidad de Laura Borràs (Junts) al diálogo de ERC con el Gobierno central.
Comprometidos con la república catalana
"Estamos comprometidos a terminar este proceso con una República catalana", ha asegurado en su valoración de los resultados el presidente de la formación.
Junqueras, que por ser fin de semana no ha de volver a la prisión de Estremera, ha asegurado que ERC tiende la mano al resto de fuerzas políticas de Cataluña: "Estamos dispuestos a construir grandes consensos alrededor de la autodeterminación y amnistía para construir la república".
Para Aragonès, Cataluña "ha hecho historia", ya que el independentismo ha superado el 50% de los votos y se inicia una "nueva etapa". Entre sus objetivos, ha dicho el aspirante a presidir la Generalitat -y el candidato con más opciones de hacerlo-, que sus objetivos serán conseguir la libertad de los "presos políticos" y que regresen los exiliados.
"Quiero dirigir un mensaje a Pedro Sánchez y a todo el estado español: es la hora de resolver el conflicto, sentarse y ver cómo resolvemos esto en un referéndum sin represión", ha asegurado el presidenciable antes de lanzar una proclama en inglés, dirigida a las instituciones europeas: "El mensaje está claro".
El presidente en funciones de la Generalitat -toda vez que Quim Torra fue inhabilitado- ha celebrado que su partido es el que más se parece a Cataluña y que recupera el espíritu de Francesc Macià, Lluis Companys y Josep Tarradellas.
El ansiado adelanto
Desde que arrancó el 'procés' con Artur Mas, ERC ha intentado sin éxito conseguir la hegemonía dentro del independentismo. Ahora mismo, el 'sorpasso' es un hecho, aunque con un cierto sabor agridulce por el empate que se ha producido con el PSC en el primer puesto -en escaños, en votos lideran los socialistas-.
Al cierre de las urnas los republicanos actuaron con mucho tiento.De las dos encuestas a pie de urna publicadas, una daba el liderazgo en escaños a los republicanos, mientras que otra auguraba un triple empate con el PSC y Junts. Por eso, a su llegada a la sede de ERC, Oriol Junqueras rehusaba hablar y entraba con gesto serio, a pesar de la mascarilla que ha convertido esta noche electoral en una atípica.
La primera reacción de los independentistas vino de parte de Sergi Sabriá, su portavoz en el Parlament y director de campaña, que se felicitaba del resultado. "Cuando podemos votar, siempre gana el independentismo", ha subrayado el líder republicano. Para los republicanos, sin querer entrar en pactos, las claves pasaban por contabilizar el número de diputados a favor de la amnistía y la autodeterminación -una clave para introducir los escaños de En Comú Podem-, y si el independentismo consigue más del 50% de los votos emitidos y dicha mayoría ha de liderarse desde la izquierda o la derecha.
De comedidos a entusiastas
Sin embargo, el entusiasmo en la sede de los republicanos fue en aumento, tal y como muestra la foto a la que ha tenido acceso laSextaen la que se ve a un Aragonès exultante, sin chaqueta, reunido junto a Junqueras mientras estudiaban el escrutinio, ya muy avanzado.
Con este resultado, los de Junqueras se convierten en la pieza clave del Parlament y todos los posibles gobiernos pasarán por su formación: tanto uno netamente independentista -una de las apuestas de Aragonès era formar gobierno con Junts, PDeCAT, CUP y los comunes- como uno de izquierdas, un tripartito con el PSC y los morados.
Aquí resulta clave el manifiesto firmado en los últimos días de campaña por todos los partidos independentistas, comprometiéndose a no pactar con los socialistas de Salvador Illa. Teniendo en cuenta la relación de ERC con el Gobierno central presidido por Pedro Sánchez -y que Aragonès no firmó el citado documento-, ahora mismo todas las fórmulas estarían abiertas.