Un fantasma recorre Europa: "La inmigración está aplastando nuestra economía y nuestra sociedad" afirma Jean Marie le Pen, candidato europeo de Frente Nacional en Francia. Es el mensaje estrella de los movimientos ultraderechistas que intentan abrirse hueco en el Parlamento Europeo.
El Frente Nacional francés, con Jean Marie Le Pen a la cabeza, es su máximo exponente. Basta con recordar sus últimas declaraciones: "El señor Ébola puede solucionar el problema de la inmigración en tres meses".
Un discurso racista y xenófobo que sin embargo en tiempos de crisis cala entre el electorado. Para Jaime Pastor, profesor de Ciencia Política de la UNED, son “partidos atrápalo todo de la protesta que busca recoger ese resentimiento ante las élites políticas fomentando un nacionalismo xenófobo”.
Y así se llegan a hacer promesas como esta: "Mi pregunta es queréis en Holanda más o menos marroquíes" dice Geer Wilders, del Partido de la Libertad de Holanda. El mensaje, eso sí, no parece haber convencido del todo a los holandeses. Todo lo contrario que en Reino Unido, donde los declarados antiinmigrantes de la Ukip sí que encabezan los sondeos.
Roberto López, de Sos racismo, explica lo que significa este ascenso de la ultraderecha: "Esto provoca una ruptura y un conflicto entre personas que viven en esa misma sociedad y va aumentando la intolerancia y el racismo social”.
Amanecer Dorado en Grecia, La Liga Norte en Italia o el partido Jobbik en Hungría forman parte de esta corriente populista que, beneficiada por el descontento social, podría conseguir hasta el 15% de los escaños en Bruselas.