Intentaba defender la labor de su Gobierno ante los casos de corrupción propios y ajenos. La vicepresidenta reconocía que se "avergüenzan" pero aseguró que "tomaron medidas". Pero de inmediato trataron de acorralarla a base de hemeroteca.
Pablo Iglesias le recriminaba que "la Policía estuvo registrando su sede, que se encontraron los ordenadores sin discos duros". Pedro Sánchez le leía los delitos imputados a su partido "falsedad documental, prevaricación, asociación ilícita". Y Rivera aseguró que la corrupción "es el motivo por el que Rajoy estaba en Doñana". Iglesias se apoyó en la portada de un periódico en la que se relaciona directamente a Rajoy con la corrupción y que la vicepresidenta terminó por afear.
Haciendo gala que el PP ha sabido gestionar mejor las supuestas manzanas podridas de su partido sacó los problemas con Hacienda que le costaron el puesto a Monedero. "A todos les hemos echado, no puede decir eso con la misma claridad" le decía Soraya al líder de Podemos. Que optó por contestarla con "Luis sé fuerte" ante lo que la vicepresidenta se apresuró a añadir "Monedero paga".
Ninguno de los candidatos dio un minuto de tregua a Sáenz de Santamaría ni a sus justificaciones. Aunque en materia de corrupción, cada uno tenía algo qué decir a sus contrincantes Pedro Sánchez atacaba a Iglesias: "A diferencia de podemos aquí no va ningún condenado". Iglesias no se calló "yo sé que tu no quieres puertas giratorias". Crispación y duros reproches ante uno de los temas que más preocupa a los ciudadanos.