En este escenario de gran incertidumbre los partidos se enfrentan a grandes retos internos. Para el PP el principal es gobernar y en eso Rajoy, como refleja en un tuit, tiene muchas esperanzas. Y aunque tras los resultados del 20D, Aznar pidió una reflexión profunda. Pero en el partido cierran filas en torno al presidente en funciones. Para que no quede dudas, Rajoy asegura que se presentará.
Por el contrario el PSOE vive una de sus peores crisis de liderazgo tras la mayor derrota del socialismo. Pedro Sánchez decía que "hemos hecho presente y el futuro es nuestro" tras conocer el resultado de las elecciones. Pero su futuro, que insiste en ver con optimismo, depende ahora de un Congreso que los líderes autonómicos quieren mantener en febrero.
Mientras que desde Ferraz buscan aplazar hasta que pase el vendaval. Los socialistas además, tienen que decidir qué fichas mueven ante un Podemos que se ha quedado a, tan solo, 300.000 votos del PSOE.
El principal escollo para cualquier tipo de negociación de la izquierda pasa por el referéndum en Cataluña. Una línea roja que el PSOE no está dispuesto a traspasar. Tras convertirse en la tercera fuerza política en menos de un año, el reto de Iglesias ahora pasa por mantenerse y seguir con la bandera del referéndum.
Quien también tendrá que definir su estrategia es Ciudadanos, que tras su rápida expansión nacional no consiguió el resultado electoral soñado. El reto del partido de Rivera pasa ahora por ver cómo gestionará un posible apoyo a Rajoy.