En su discurso ante el Comité Federal del PSOE, Sánchez ha insistido en que corresponde ahora al PP y a Mariano Rajoy intentar formar Gobierno, aunque si no lo consigue, el PSOE tiene "legitimidad" y asumirá su responsabilidad de buscar una nueva mayoría "progresista" y de "izquierdas".
Para ello, ha avanzado que hablará con "todas" las fuerzas políticas con "luz y taquígrafos" para que los ciudadanos conozcan con total transparencia qué se negocia y qué se acuerda.
Tras dejar claro que el PSOE votará en contra de la investidura de Rajoy y de cualquier otro candidato del PP, Sánchez ha querido enviar un mensaje de "confianza en el futuro" porque "paso a paso" y "sin atajos" la solución para un nuevo Gobierno irá apareciendo en el camino. "No vamos a buscar ni cordones sanitarios, ni líneas rojas, ni trincheras ni atalayas", ha proclamado Sánchez, que ha apostado por "buscar los puentes que nos unen".
Y es que para el secretario general del PSOE, las nuevas elecciones serían la peor de las opciones y no son una solución porque sólo aplazarían el problema y supondrían el reconocimiento de que los partidos son incapaces de dialogar y de entenderse.
Por eso, si el PP es incapaz de alcanzar una mayoría de Gobierno, el PSOE estará "a la altura de su responsabilidad" e intentará liderar un Ejecutivo "reformista y progresista" conforme al ideario socialista.
Para ello, la única condición que ha puesto en que no se dialogue sobre la integridad territorial de España porque el PSOE está a favor del derecho a decidir, pero del derecho a decidir de todos los españoles y no sólo de una parte.