Pablo Iglesias muda de piel para seguir una estrategia conservadora, Podemos jugará puro 'catenaccio' italiano.
Con el impulso de las encuestas como segunda fuerza, Iglesias tenderá la mano a los socialistas como compañeros de viaje huyendo de la imagen del primer debate de investidura de Pedro Sánchez.
Actitud presidenciable, quizás esta vez con corbata, buscando seducir al 30% de indecisos. Enfocado, sobre todo, en no cometer errores, Iglesias ha pasado el día preparando el debate con su equipo de confianza.
Su reto es mantener el autocontrol, algo que no consiguió en su duelo con Rivera en Salvados. Aunque acude con actitud serena veremos si Iglesias no se dejar arrastrar ante el más que probable fuego cruzado.